Paseando cerca de su casa rural Cirera d’Avall los propietarios Gemma y Martí, en un día fantásticamente soleado, descubrieron esta antigua masía que desprendía un encanto especial, en un silencio único y rodeada de una pomposa vegetación, y decidieron restaurarla.
La Vella Farga es una masía catalana aislada que destacaba por sus elementos arquitectónicos y sus contrafuertes que apoyan sus gruesos muros. Está situada en una gran explanada con vistas a los cuatro vientos. La gran variedad de estancias, salas, habitaciones, establos y bodega la hacen hospitalaria por si sola.
En la masía se cultivaba productos de secano, principalmente cereales, había huerto, se explotaba el bosque y se criaba ganado. Antiguamente se transformaban materias primas elaborando vino, prensando aceite y también se trabajaba el hierro para elaborar pequeños utensilios e instrumentos para ayudar en las tareas del campo y herrar animales. De este oficio viene su nombre “Vella Farga”, ya que en la casa había una pequeña estancia donde se fabricaban piezas de hierro y forja.
En el Hotel se pueden ver algunos restos y detalles que se han conservado. También, le acompaña una segunda edificación que antiguamente daba cobijo a los trabajadores que ayudaban en las tareas domésticas y en las tareas del campo.
Después de una cuidada rehabilitación que culminó en el 2015, conservando elementos y estructuras antiguas, los propietarios han sido los responsables de decorar todas las estancias del hotel, reflejando un estilo contemporáneo y sofisticado a la vez que restauraban cuidadosamente las piezas de mobiliario más significativas.
El resultado es un exclusivo hotel de lujo pensado para los viajeros que desean descubrir la naturaleza, rodeados de prados y bosques donde el silencio, la calma y el confort acompañen sus dulces veladas.